Se pueden distinguir cuatro etapas fundamentales en la Guerra Civil:
El avance hacia Madrid
La guerra comenzó en Melilla con el alzamiento militar y se extendió del sur hacia el norte. Desde el primer momento el bando nacional tomó la iniciativa, mientras que el republicano tenía una actitud más defensiva [S1] [S2]. El objetivo del bando nacional era tomar Madrid, centro político de España y símbolo de la nación. Sin embargo su ofensiva no tuvo éxito en estos primeros momentos debido a que la capital se encontraba fuertemente protegida por el bando republicano y por las Brigadas Internacionales [S1] [E1] [E2] [I1] [I2], un ejército de voluntarios de todo el mundo que habían llegado a España para ayudar en la lucha contra el fascismo. Madrid no caerá hasta el final de la guerra, en el año 1939. Ya en esta primera etapa (1936), Franco se proclama jefe del Gobierno y Generalísimo de los Ejércitos.
La campaña del Norte
En esta segunda fase el avance del bando nacional continúa hacia el norte [S1] [S2] tras la toma de Málaga y Guadalajara [S1], dirigiendóse ahora hacia la cornisa cantábrica. Los nacionales concentran sus esfuerzos en tomar las ciudades de la costa norte, que tenían una importancia estratégica debido a sus reservas mineras y a sus importantes puertos. El bando nacional contaba con el apoyo militar de la aviación alemana, que entre otras cosas ocasionó un brutal bombardeo [S1] [S2] al pueblo vasco de Guernica en abril de 1937 [F1]. Poco después se toman ciudades claves como Bilbao, Santander y Gijón, con lo que se consuma la victoria nacional a lo largo de la cornisa cantábrica.
La batalla del Ebro y la toma de Cataluña
Esta tercera etapa comenzó a finales de 1937. Los republicanos lograron un cierto progreso con la importante victoria de Teruel, y deciden llevar a cabo una ambiciosa ofensiva en la región del valle del río Ebro, con la que esperan cambiar la balanza de la guerra a su favor. El bando nacional, que se encontraba luchando en Valencia, se dirige inmediatamente al combate al advertir la actvidad republicana en el norte. Tiene entonces lugar la batalla más sangrienta y feroz de la Guerra Civil, la batalla del Ebro, que dura cuatro meses y en la que el ejército nacional utiliza la tecnología bélica más avanzada de la época, gracias a la ayuda prestada por Alemania. La batalla tiene un enorme coste de vidas, con un total de 100.000 muertos entre los dos bandos, y se decanta con la victoria nacional. Tras esta decisiva batalla, el bando republicano queda muy debilitado y desmoralizado, prácticamente resignado ya a la derrota.
Fin de la guerra
El resultado de la batalla del Ebro facilita la entrada y la rápida victoria de los Nacionales en Cataluña en 1939, ya que el agotado ejército republicano apenas podía ofrecer resistencia. Con la toma de esta región clave, la victoria nacional es ya imparable, de manera que un gran numero de políticos e intelectuales republicanos se exilia a Francia en estos momentos para evitar represalias. En marzo de este año los nacionales avanzan hacia Madrid y conquistan sus últimos puestos con relativa facilidad. La guerra termina por fin el 1 de abril de 1939, tras casi tres años de enfrentamiento bélico [S1] [S2] [S3] [E1].