El
pasaje de la oralidad a la
escritura no fue tan claro y distinto. Sabemos que
el primer vocabulario de caló que se conoce es un manuscrito del siglo XVIII (que se ha encontrado en la Biblioteca Naciona de Madrid), cuyo título es “Jerigonza”, que significa lenguaje de mal gusto, lenguaje oscuro, difícil de entender. Es evidente que la lengua descrita aquí es
caló y no romaní, porque los verbos aparecen con la terminación española de
infinitivo, tal como hoy en día y la fonología presenta influencias del
dialecto andaluz. Es al mismo tiempo interesante ver como los términos con que
se titula el documento hagan referencias a un lenguaje difícil, complicado y de
mal gusto.
También
en los documentos oficiales españoles de los siglos XVI y XVII, la lengua
romaní es descrita como una “jerga cingerionza”, epíteto que niega a la lengua
romaní el carácter de idioma, y en general que contribuye a negar una identidad
gitana específica. De hecho, con los Reyes Católicos y sucesivamente con tres siglos
de normativas opresivas, entre otras cosas, a los gitanos se les prohibió usar
su lengua y su forma de vestir. Quizás sea por eso que el caló tuvo y sigue
teniendo un carácter principalmente oral y que también en literatura los
gitanos, por ejemplo de Cervantes y Góngora, por lo general
cecean , es decir
pronuncian la s como la z o como la c pero no usan ninguna palabra romaní. Todo
esto indica un carácter hermético del romaní de aquella época, y parece
confirmar que el caló como lengua mixta aún no había nacido y que sólo existían
algunos vocablos dentro de la germanía (lengua de ladrones y rufianes) de aquel
tiempo.
El
caló comienza a ser cada vez más común en los sainetes y obrillas del teatro
costumbrista del siglo XVIII, (solo en 1842 George Borrow publica, en Londres,
el primer diccionario de caló), donde se nota como muchas palabras del caló ya
habían pasado al léxico coloquial andaluz. Solo con el abandono de las leyes
antigitanas de los siglos anteriores, el pueblo gitano saldrá del anonimato y a
la vez que el flamenco gitano se irá afirmando por su identidad y cultura.
Hoy en
día, el caló es una lengua que a pesar de los distintos usos y conocimientos de
los hablantes, dentro de la diferentes comunidades y áreas de España, se ha
quedado atrás frente a las nuevas tecnologías y a la aparición de nuevos
términos y objetos que se han quedado sin una palabra que los denomine. Además,
si en algunas comunidades surgen nuevos vocablos hay que tener en cuenta el
carácter en absoluto no uniforme de éstos. Quizás el aspecto más interesante
del caló hoy en día sea el interés por la recuperación del romaní, restablecer
sus estructuras gramaticales, tomar de los distintos dialectos los vocablos
perdidos, adaptar el vocabulario caló con el objetivo de volver en lo más
posible al romaní.