Gypsies, gitanos, tziganes, bohemios, gens du voyage, travellers, zingari, ciganos [I1]
[I2], son algunos de los nombres que se utilizan para referirse al
extenso mundo romá [E1] [F2] [S3] [S4] [F5] [E6] [F7]
[F8], pueblo presente en la mayoría de los estados europeos, en
muchos estados americanos y en algunos de África y Asia, constituido
esencialmente por cinco grupos: roma (Europa oriental, península
balcánica, Italia meridional), sinti (Europa central), kalé
(gitanos de la península ibérica), manouche (los franceses) y romnichals
(ingleses).
Son escasas las pruebas documentales sobre sus orígenes [I1]
[E2] (y no faltan leyendas) aunque la teoría
más acreditada indica la India como posible lugar de procedencia, por la
analogía de las distintas variantes del romaní (la lengua del pueblo
romá) con las lenguas habladas en el norte y en el centro de India. No se sabe
mucho sobre sus modos de vida en su país de origen si bien se supone que
pertenecían a las castas más bajas (los parias). Tampoco son conocidas
las razones históricas que los llevaron a dejar su tierra de origen y a migrar
hacia el oeste, en torno al siglo X, entre los años 950 y 1100 d. C.
A través del análisis de la lengua, se ha recreado el posible recorrido del
pueblo rom en dirección oeste.
Desde la India llegaron a Persia y de allí se desplazaron a Asia Menor
donde se asentaron en el siglo XIV. A partir de ese momento el éxodo está más
documentado: en el siglo XV había gitanos en Creta y Rumania (donde llegaron en
muchos) y a finales del siglo XIV empieza un grande éxodo hacia los países de
Europa Occidental a través de dos rutas: una a través del norte de África y
otra cruzando los países de Europa Central. Poco a poco se fueron extendiendo
por toda Europa y en los siglos XV y
XVI casi todos los países de Europa habían acogido gitanos.
En esta época parece que hubiesen buenas relaciones entre romaníes y
poblaciones locales pero sucesivamente se deterioraron progresivamente hasta
que, en el siglo XVI, todos los estados habían emitido mandados de persecución,
expulsión y represión. El cambio de actitud se puede atribuir, entre varias
razones, a la falta de adaptación de los gitanos al estilo de vida de las
poblaciones que los acogían, sus prácticas de hechicería y sobretodo su
nomadismo, cuyas características intrínsecas chocaban con las de los grupos
sedentarios.
Si bien no se puede construir una cronología sistemática de la expansión
del pueblo gitano, existen documentos que nos ayudan a marcar unas fechas exactas:
en 1418 llegan a Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda, en 1419 a Francia, en 1422
se atestigua su presencia en Roma y, entre 1415 y 1425, pasando por los
Pirineos, llegan a España.